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Mi progreso

lunes, 1 de julio de 2013

Desayunar, la base del éxito.

Hola chicas. Hoy les traigo un texto, donde se explica por qué es tan importante el desayuno, y con palabras simples nos enseña sobre nuestro metabolismo. Espero que les guste, entiendan el mensaje y lo pongan en práctica cuánto antes, para las que acostumbran no desayunar, como yo.

Suena el despertador y el cerebro empieza a preocuparse:
“Es hora de levantarse y ya consumimos todo el combustible…” el cerebro llama a la primera neurona que tiene cerca y ésta manda un mensaje a ver qué disponibilidad hay de glucosa en sangre.
Desde la sangre le responden: -“Aquí hay azúcar para unos 15 a 20 minutos, nada más". 
El cerebro hace un gesto de duda, y le dice a la neurona mensajera: -“De acuerdo, vayan hablando con el hígado a ver qué tiene en reserva”-
En el hígado consultan la cuenta de ahorros y responden que a lo sumo los fondos alcanzan para unos 20 a 25 minutos.
En total, no quedan sino cerca de 290 gramos de glucosa, es decir, alcanza para los 45 minutos, tiempo en el cual el cerebro ha estado rogándole a todos los santos a ver si nos ocurre desayunar algo.
Si estamos apurados o nos resulta insoportable comer en la mañana, el pobre órgano tendrá que ponerse en estado de emergencia:
-“Alerta máxima!!! Nos están tirando un paquete económico. Cortisona, por favor saque lo que pueda de las células musculares, los ligamentos de los huesos y el colágeno de la piel”- dice sofocado el cerebro.
La cortisona pondrá marcha a los mecanismos para que las células se abran rápido y dejen salir sus proteínas. Éstas pasarán por el hígado para que las convierta en glucosa sanguínea. El proceso continuará

La consecuencia es la pérdida de tono muscular, y un cerebro que, en vez de ocuparse de sus funciones intelectuales, se pasa la mañana activando el sistema de emergencia para obtener combustible y alimento.
¿Cómo afecta eso a nuestro peso?
Al comenzar el día ayunando, se pone en marcha una estrategia de ahorro energético por lo cual el metabolismo disminuye.
El cerebro no sabe si el ayuno será por unas horas o por unos días, así que toma las medidas restrictivas mas severas.
Por eso, si la persona decide luego almorzar, la comida será captada como excedente, se desviará hacia el almacén de “grasa de reserva” y la persona engordará.
La razón de que los músculos sean los primero utilizados como combustible de reserva en el ayuno matutino, se debe a que en las horas de la mañana predomina la hormona llamada cortisol que estimula la destrucción de las proteínas musculares y su conversión en glucosa.

1 comentario:

  1. Como para pensarla dos veces antes de decir no al desayuno, yo por mi parte lo hago todos los días, es una forma de activar mi metabolismo ;)
    Hermosa entrada!

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